Crianza del Cerdo Ibérico
La crianza del cerdo ibérico es un proceso cuidadosamente regulado y tradicional, que forma la base de la calidad y el sabor únicos del jamón ibérico. Este proceso se lleva a cabo principalmente en ciertas regiones de España, destacando Extremadura, Andalucía, Castilla y León, y Salamanca.
Características de la Raza Ibérica
El cerdo ibérico es una raza autóctona de la Península Ibérica. Estos cerdos son conocidos por su piel oscura, sus patas largas y delgadas, y su capacidad para almacenar grasa, lo que contribuye significativamente a la textura y el sabor del jamón ibérico.

Alimentación y Hábitat Natural
Los cerdos ibéricos se crían en libertad en la ‘dehesa’, un ecosistema único formado por pastizales y bosques de encinas y alcornoques. Esta crianza al aire libre es crucial para el desarrollo físico y la salud de los cerdos. Durante la ‘montanera’, la última fase de su crianza, los cerdos se alimentan principalmente de bellotas, lo que contribuye a la textura marmórea y el sabor distintivo de su carne.

Etapas de Crianza
- Lechón: Durante los primeros meses, los cerdos se alimentan con leche materna.
- Cebo: Después, su dieta se complementa con cereales y leguminosas.
- Montanera: En esta última etapa, los cerdos se alimentan libremente de bellotas en la dehesa hasta alcanzar el peso óptimo para su sacrificio.

Bienestar Animal y Sostenibilidad
La crianza del cerdo ibérico se rige por estrictas normas de bienestar animal y sostenibilidad ambiental. La vida al aire libre, la alimentación natural y el respeto por los ciclos naturales no solo mejoran la calidad de vida de los cerdos, sino que también ayudan a preservar la dehesa, un ecosistema clave en España.
Importancia Cultural
La crianza del cerdo ibérico es parte integral de la cultura y la gastronomía españolas. Esta tradición, transmitida de generación en generación, no solo preserva prácticas agrícolas antiguas, sino que también sostiene la economía rural en muchas regiones de España.
